que no se deja ver, que oculta todo entre rejas de cárceles oxidadas, de hierros apunto de caer y que se salvan por despedidas improvisadas que llevan lluvia torrencial. Frío aterrador, ya estas aquí y mis soluciones se limitan a la rutina de lo que no es inesperado, empatia que me predispone a comprender a todas las personas y a negar la existencia de la verdad. Destino que me dejas apartada como jamás lo hiciste ¿es esto lo que me espera? una silla vacía en una casa antigua que sólo hace por gruñir. Estalactitas congeladas que del techo deciden suicidarse como mi cabeza hace día tras día. Locuras de no quiero y tras actuar desventurada me aproximo a lo que esperaba y ahora necesito otra droga para olvidar, que se me van acumulando en las venas y sólo me consuela las placas que se forman de mierda en mis arterias. Tubos impenetrables que ahora derraman a chorros ríos rojos de agua salada, canales por los que se vio algún día el sol nacer y ahora todo es nieve blanca pero no pura, pues ha sido atropellada por la maldad de las limitaciones sociales, de las opiniones y los estigmas, por la misericordia de la avaricia y la preocupación del pasado. ¿quiénes fuimos y dónde estaremos? seré quien mi mente quiera recurrir pero sin contar con nadie, pues a nadie tengo. estaré en cualquier lugar, siempre que esté durmiendo. Y cuando la realidad quiera imponerse, lo veré todo nublado y la desesperanza será mi guión por mucho que ellos digan. La ruptura de la limitación no es el agotarme por representar un papel que otros quieren tener, ya estoy realizada y no encuentro quien me quiera, así es pues como debe de ser, la aceptación hace que se deshaga como pastilla efervescente todo mi corazón en las ruinas de alguna mascota y en el seguir de lo que no me apetece. Oportunidades que aparecerán y la seguridad de que me pasará esto de nuevo, pues donde pasa dos veces ya se queda marcado el camino y no hay vuelta atrás... no tengo príncipe que luche contra el dragón y ahora nombrada caballero soy yo la que lleva la espada para matar a lo que no quiero herir, pues no lo haré.
Que me coma.
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