10 abril 2012

Atravesando el desierto de las interrogaciones

Entre aguas frias, formando una isla, nuestros cuerpos se mantienen en pie tiritando, uno junto al otro, esperando el sol de verano que aún no aparece. Luego la marea con la llegada de la luna decide inhundar todas mis preguntas por un momento, y sale a flote el barco que creía que jamás resurgiría, ese que yo misma mate sin quererlo, el que dejé quemar y caer. ese que con tu ayuda, los dos llevamos a lo más profundo y dejamos que no apareciera más. Pero dentro se queda el pedazo tuyo, el cual no tardará mucho en decidir salir, pues ahí abajo, tan solo, se desespera, ¿què hacer?, no hay mente alguna con la que jugar. Asi es que tras esperar sin regreso alguno de divertimento, decide renacer. Y el mar se marcha como por un desague enorme, rápidamente, y yo no quiero que pase nada, y no dejo que me controle, y tu estas ahí viviendo el presente y yo entre tierras pasadas y futuras, en medio el hoy que me aterra. Cómo quisiera poder creer en hadas y en dragones, poder creer en lo perfecto y en la magia, los científicos me ganan por ahora la jugada al ajedrez, la próxima vez moveré ficha yo, tendré que esperar a un nuevo encuentro, donde tu me cuentes tu vida y yo observe de nuevo tu mirada y me pregunte què fue de los sueños que creía realidad y cercanos, cuándo fue que ese agujero negro apareciò dentro de mi, y esa angustia y ese medio a caminar sola entre las sombras, con lo que me gustaba imaginar frases sin sentido mientras me envolvían en el oceáno de mis pensamientos. Y la verguenza por pisar las hojas o tumbarme sobre un cesped mirando la luna, esa luna que creía poderosa y enorme, esa luna que tenìa por sonrisa. No entiendo cómo un solo instante se pudo llevar eso, no entiendo còmo creo que no volverà si no es contigo, y ese temor a que otro no lo consiga, no sepa encontrar mi canción y yo no le sepa guiar en este desierto en el que yo misma ando perdida. Aqui dejo una semilla de mi timido cerebro, que con tiempo estoy segura de que florecerá, un pedazo del corazón que aún me queda y cada día menos y más agotado, una gota de mi alma que hay días en los que decide correr por mi mejilla y jugar a ser río. Que no controlo horarios, que no sigo al tiempo, que voy detrás de mis movimientos y continuo a mis impulsos. Y es ahora cuando me doy cuenta que mis pensamientos son el rayo de luz en una tormenta, y mis manos, mis gestos, mis decisiones, el sonido. Y esta tormenta aún esta lejana de donde me encuentro.

03 abril 2012

Comienza un paraíso.

Tras ese infierno que escondo bajo las arenas del desierto. Que agonía verme obligada a pensar en ti para poder soñar y luego dormir, porque ya no me viene primero el no pensar y luego el imaginar. Y aveces, cuando el sol aun me da en la cara, o cuando éste lucha por salir hacia el mar primaveral, en esos momentos me quedo parada y pienso en la creatividad de lo que me relaja y de lo que quiero que suceda, y es ahí cuando me despierto y veo que el tiempo pasa y que la gente corre y que me miran y me critican a la espalda, y ahora quiero empuñar esa espada que solo en mi mente existe. Y sacar el valor para clavarla y que nadie me responda, y lo hago, pero siempre hay alguien superior a mí en este mundo tan jerarquico donde la igualdad no existe, donde lo que se cree superior sólo es una mera marioneta social. Donde todo esta cubierto de mierda, de esa arena donde dejo este agujero negro hoy. Que ahora el tiempo no quiero que me venga encima y sólo lo espontáneo, el hacer feliz a los demás, lo bueno, la comida y la bebida, tus labios, sólo eso quiero. Que hoy y mañana sigo teniendo que hacer cosas, pero correré para poder pasar a un mañana mejor antes del fin del tiempo, antes de que esa arena me cubra a mi. Vuelve a renacer de las cenizas la imágen en blanco y negro que dentro de nada pintaré. Cuantas ganas de sentir el agua corriendo por mi cuerpo y alrededor de él, cuantas ansias de respirar en la montaña y de no escuchar nada, sólo la respiración que me asegure que aún tengo un segundo más, y otro. Y la fantasía que a ti te encanta y yo tengo dentro y aveces me cansa y te la regalo, hay tanta. Y el beber ya no me sacia, el mareo me envenena y en el suicidio casi no pienso. Como decías ayer, hoy volveré a la rutina de mis palabras, y aparecen el dragón y el hada de siempre en tu imaginación, ideando cosas que ni yo pienso. Siente como se mezclan los pensamientos en una nube de caos desorientado, con nada de relación, como si fuera la vida misma, con su muerte, su acabado y su posible continuación. La esperanza del mañana que nos incita a dejar algo sin hacer hoy, porque no podemos más, porque se necesita descansar, cuando nuestra eternidad se ve perdida en un mar de colchones de agua, todos durmiendo. Como me gusta dejar innacabado historias que no volveré a leer, pero ellos sí. Las continuaré sin temor a equivocarme, sin seguir guión alguno, pues soy yo la que hace la leyenda que quiero, y hoy puede ser esto y mañana aquello, hasta conocer que es de mayor importancia, hasta experimentar lo que casi todos experimentan, hasta sentirme prestigiosa, no por estar viva ni por tener dinero, sino por las personas que me rodean, que hacen que hoy siga siendo lo que fui ayer.