01 abril 2013

Con base musical...

Estoy recorriendo ese camino que al despertar me contaron, aquel cuento que me parecía triste y amargo. Estoy en el instante que la gente decía traspasar con risas, y recordando más tarde como tiempo de altibajos. Estoy en el momento que no quería, en la época que temía, intentando ignorar naturaleza de sueños pasados. Me encuentro en lugares de bosques mágicos que me inundan por todas partes... con base musical. Volando entre nubes de color tormenta con rayos enviados por mis pesadillas. Espirales que me rodean cual película de miedo, cosas hechas, cosas por hacer, y aún así, pensando en lo que no aparece, en lo irreal, en lo imposible. Malinterpretando miles de situaciones, creando a través de miradas, de las tuyas, de las de él, las de ellos... Y aún con esas me encuentro, y me pierdo, y sólo desaparezco para hallarme como observadora que toca un teclado a modo de piano, en experiencia de lo que un día quiso ser, y fallida estoy cayendo por ese precipicio rodeado de recuerdos, encogiendo mi ser para hacerme tan pequeña que ya nadie me pueda encontrar, insignificante, como siempre lo he sido para ti... Porque por mucho que me dijeras, me susurraras al oído, imitaras deseos irremediables de amarme, sigues sin poder hacerlo, y yo me rindo sin esperanzas... me atormento. Mis lágrimas han dejado de tener la importancia que tenían antes, han dejado de ser de sirenas, y ahora me dedico a cazar estrellas de mar, estrellas de los cielos, estrellas de bares que quieren ahogarse conmigo en el océano oscuro y profundo. En el mar de dudas, lleno de caóticas interrogaciones que jamás se resolverán. Y otra piedra más con la que tropezar, no se acaban, y es que no tengo el don de la perfección y soy torpe en mi actos y no se como convencerte, pero creo que ha dejado de hacer falta, ya no hay motivos, no hay indicios de luz.

Cuando creía que la luna llena era la esperanza, la luz que me guiaría, que dejaría ver a la estrella que he de alcanzar, que me va a guiar. Cuando pensaba que tras esta luna llegaba la sonrisa impuesta en el cielo, y salía a la calle diciendo: -Hoy la luna sonríe, el cielo esta alegre.- Y todo se me contagiaba, hasta que despertaba de mis sueños, y me daba cuenta que los árboles se agitaban con un viento fuerte, que las hojas se caían y su único destino era el suelo, y no había nada más, que los murciélagos simplemente eran animales, y no vampiros de la noche que me protegían. Cuando dejé de ser esa niña... y cuando llega el regreso de mi soledad, y los sueños comienzan a salir de mi cabeza a modo de aurora boreal. Cuando mis ojos se iluminan a modo de llanto acumulado, en forma de miedos apunto de salir, y cuando mi mano empuña tinta y plasma sobre papel, cuando el agua quiere salir de dentro a fuera. Cuando el blanco se ensucia de negro... Son esos instantes que nadie conoce, los que me hacen tan única, los que me hacen pensar que jamás encontraré a la persona que me complementa. Pero mi mayor preocupación no es esa, sino la pregunta que me invade día tras día ¿donde está mi falta de miedo a la muerte? y anoche todo volvió a salir al exterior... Y mi solución más eficaz es bailar disfrazada de ballet de gran categoría y cantar mientras estoy borracha de tanta estupidez e ignorancia.

Canto a la luna.