17 junio 2012

Cuatri.

Escribir es una forma de dejar mis pensamientos aquí, grabados. Tantos son, que van y vienen, y en muchas ocasiones no puedo hacer nada por estamparlos, dibujarlos y pintarlos, me tengo que conformar por sentir la angustia del momento y dejarlos marchar por el camino de los recuerdos y de la amargura hasta que, de forma cíclica, vuelven a mi. Hoy es uno de esos tiempos, de esos instantes, en los que ves lo que ya sabía que ocurriría, en los que no esperabas otra cosa, en los que sabes que te has ganado esta sensación y, aún así, te sientes jodidamente estúpida... Perder, ganar, estas en equilibrio, la filosofía de la vida, de la tuya, y cuando lo ganas todo, mueres. Ellos ya no están, ahora hay otros que no comprendes y no estas segura de si te benefician como los otros, que ya no sabes si tus decisiones eran buenas, que no conoces el arrepentimiento seguro y lo temes. Que mierda arrepentirse de tus propias decisiones... Mirar atrás y darte cuenta de lo triste que es todo... desde el instante en el que fuiste creada, y saber que hay gente a la que se le entiende, y conocer que los demás no te comprenden, sentirte ignorada e ignorante, inocente y sin inocencia... En medio de una jaula de pepitos grillos que te dicen lo que hacer y tú con unos cascos con música que te habla de amor y de seguir a tu corazón, eso que te palpita cada día de forma más caótica, y sólo quieres rendirte. Y tu acto bondadoso que te hace llorar a diario, tonta, que no sabes jugarla bien jugada como te hacen los demás, que no se te ocurren picardías ni llevarte ni una. Cuándo dejaré de ser esa niña, cuándo decidiré crecer... tanto miedo tengo a perder lo que ya tengo, mi imaginación que me adentra en esos mundos maravillosos de los que no quiero salir, mis cuentos de hadas, de bosques verdosos, de lagos cristalinos, de seres inexistentes, sólo son mis propias creaciones. La vida te da para luego quitarte y a todo el mundo se le para su tictac que un día se tragó, que la fantasía nos la dan los niños y yo lucho para que nadie ni nada me la quite. Esa personita que todos llevamos dentro... me gustaría descubrirla en ti, saber que NO coincidimos y complementar todo en un otro TODO. Que no te da nada para que te lo quedes, que todo es un préstamo, incluso tú misma.