16 septiembre 2012

Como perro paseando a su dueño:

Inician los pensamientos a fluir y lo que era ha dejado de ser y en mi interior un revés que se transforma en espiral sin salida. Dejo las cosas claras a mi paso y me atraso en lo esperado y me despido por un cigarro que supera mi fuerza de espíritu libre. Tras un ayer peor, un mañana esperado sin esperanza y el comienzo de lo que temo, pues no es tu opción ni la mía, quizás sea o será lo mejor, o a la larga mi creatividad será comida por las tinieblas de la conformidad. Ya aclaro el pasado cuando hay otro pasado que aclarar y esas nubes que jamás se van, y al final es mi tonalidad, tormenta intensa y breve que llevo como signo y sombra. Dejar fluir la fantasía de tus ideas y que crezcan como flor en el desierto, esa duración de máximo 48 horas. Buenos momentos, menos casualidades y un destino inexistente, dime ¿dónde está la magia de los sueños? Creo que se perdieron en los bosques de grandes lagunas... de esos verdes que imaginamos y no vemos; de esas construcciones que odiamos y apreciamos. Verte y que me de temor tocarte, que estupidez, ni que fueras erizo que hiere o yo persona débil que no se sabe curar. Añadir letras al diccionario de las palabras misteriosas de mi interior, crearlas por únicamente estar a tu lado, y pensar, y estar callada, y que te resulte extraño... y aún no me conoces, ni yo del todo a ti. Sólo sentir que ambos tenemos algo que los demás no tienen, e imaginar y creerme que es cierto y seguirte con el miedo de que ya no estés en cualquier momento. Dejarnos ir, sin ser los dos y cuando lo somos... y dejar extinguir todo esto. Porque en realidad ni si quiera ha sido aún creado: hacen falta dos, y sólo estoy yo. Anoche, nació un mundo que creía desaparecido desde el día en el que empecé a conocer la realidad, anoche me convertí en un personaje que todos dan por muerto y que nadie comprende. Y si, déjame marchar, pues mis sueños empiezan a salirse de sus órbitas y te golpearán... y nos separarán... pero si quieres pintar conmigo algo que dejó de existir cuando nos comieron el cerebro, sigue aquí, a mi lado, preguntándome y poniendo tu cara de tonto y dejando que comparta mi silencio.

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