23 junio 2013

Tanto, que se nos escapa de las manos...

De entre los dedos, como un pájaro que decide abrir sus alas y batirlas con la mayor fuera y a la más rápida velocidad que su energía le permite... Y al ascender, llegando hasta el cielo, el sol le hace transparente, dejando que los demás, aquellos que se detienen a observar, puedan verle en todo su esplendor, cuando sus plumas se vuelven verdes, azules, rojas, amarillas, violetas... Cuando su mente se expande y deja de pensar, cuando no existe nada, cuando no queda nadie, cuando ni si quiera estas tú. Y entre mis alas te me escapas. Pero aún así decido volar, explorar, dejar atrás las dudas, la desconfianza, y alcanzar el sol, dejar que mi cuerpo se queme, que arda entre llamas, que se vuelva multicolor. Es en el momento que dejo entre ver mi decisión cuando el telón decide caerse, destroza toda la función, haciendo trizas lo que parecía perfecto, pero, como siempre, irreal. Toda esa mierda que nos sigue rodeando, que intentamos tapar con nuestros besos, que creemos que desaparecería en algún momento de nuestras noches en la que la luna ya no se deja ver, a pesar de que nos persigue, pero ya no le hacemos ni caso. Ahora se ha vuelto celosa, y ha decidido formar tormentas de calor, océanos de desdichas, huracanes de plagas, inundaciones de lágrimas. Todo se arregla con un no era verdad, jamás haría eso... pero ahí queda la premisa. Mi confusión tiene límites, aquellos que llegan a mi imaginación, a la creación de la locura, a la tristeza de mis adentros, a la sed de miedo. Te quiero ver libre, tanto como para hacer lo que te de la gana, tanto como para no depender de ti, demasiado para decirte que eres mía sin serlo y que tú desees y quieras, y hagas según tu cabeza, y me cuentes, y confiemos. Quiero crear una magia permanente, de esas que no se van con el tiempo, que crecen más y más, que llegan a la luna, y la rodean e invaden cada estrella del universo, llegando a toda la inmensidad de la galaxia desconocida, hasta que la conozcamos. Quiero que tu sonrisa siga a cada instante en tu cara, que te guíes por lo que quieras en cada momento, que me hagas enfadar y luego nos perdonemos, uno por estúpido y el otro por incrédulo, aumentando el todo de lo nuestro, y nunca dejar escapar ni uno sólo de nuestros besos. Quiero pasar la mayoría de las lunas contigo, ya sean llenas, menguantes, crecientes, nuevas o viejas. Quiero quedarme viendo las estrellas contigo allá donde se puedan ver, y soñar, si, sobre todo soñar, dejar nuestra mente volar y poder darnos cuenta como se agarran de la mano y se van, y nos traen nuevas aventuras, nuevos desenlaces, e infinitos, todo tan infinito... que será inalcanzable a nuestros ojos y a los de los demás, sólo tendremos las miradas para desmentir la realidad, para darle mil de patadas a aquello que nos dicen que no es posible.

Y dejarlo así, volando todo el rato.

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