30 septiembre 2013

De tanto...

De sobredosis, de esnifarte, de amarte, de desearte en estas eternas noches o madrugadas en las que tu no estás... de echarte eternamente de menos, durante unas horas que quisiera decir que son infinitas aunque para ti no sean más que doce horas. De dejar de medir el tiempo, por si acaso, por si de reojo, lo ves, y decides que es esa hora en la que tu te marchas, y yo, para mí, para mis adentros, me quedo. Por si te fijas en esas agujas en vez de en mi sonrisa. Mírame, deja de calcular, dejemos de pensar, y sólo pensemos en nosotros, seamos egoístas, una vez más, que es mi vicio, que tú. Nada, el océano, todo, el cielo. En la profundidad, sintiendo el balanceo de las olas, el calor del sol... soñando la realidad. Olor de azahar, el verano, nuestros momentos. Y nos depara el invierno lluvioso, en el que desearé constantemente tu calor... no escapes. Tirar de la cuerda, de mi, del perro, de la vida, y salir una galaxia, en la que flotan como motas de polvo millones de estrellas, y deciden caer para dejarnos pedir, y hacer cumplir, poco a poco... demostrando su poder. Correr, contigo, muy pegados, transpirando tu sudor. Dejarme el arte, porque lo eres tú, y no necesitar ni comer cuando estoy a tu lado.
Cógeme, absórbeme,  sé, mi manta y yo seré. Échate, y vuela, con mi respiración como guía. Saluda a la luna y despídete del sol. Bébeme. Permíteme que intente cansarme de ti, y millones de instantes. Que tu sonrisa tengo que verla al menos una vez al día para poder sobrevivir. -Si pienso, pienso en ti-. Conviértete, de tanto, en todo, en mi principio, en mi final, en mi existencia, en mi continuidad. Hagamos el tonto otra vez, hazlo sin temer, como siempre, hazme mirar alrededor, intimídame, haz que me cuestione miles de interrogaciones y se vayan a las exclamaciones. Haz lo que nadie más haría, conmigo. Sé, porque ya lo eres, mi locura, mi felicidad. Sé, porque ya lo eres, mi refugio, mi espiral, mi caída.

Deja, dejo, fluyamos.

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