10 enero 2012

Heroína

Va de cuentos, de hadas, de dragones y de castillos. No de princesas y si de drogas. De niños atrapados que logran escapar por super poderes movidos por esta luna llena que apenas sale a pasear. Salen al tejado para intentar desplegar las alas y encontrar a su dragón que un día les trajo al mundo. Salir y entrar en otro lugar. Que se sienten encojidos en un caja de arena y una gran zarpa gatuna juega con ellos. Su valía apenas les sirve, son tan diminutos. Dejar espacio a la imaginación donde una tortuga nace y escapa hacia el inmenso oceáno, déjala correr - le grita el padre a la madre - , así como hizo el dragón en su día. Decubrir movimientos, colores, sensaciones... Todo tan imperfecto. Avanza veloz hacia una muralla encontrando una apertura, pues quiere escapar del agua, salir a lo más alto, y convertirse en pájaro. Aquí es donde entra el castillo a su jugada, uno de esos que visita tanta gente adornado con cosa actuales pero de apariencia siglos atrás. Uno de esos en los que los pasadizos estan sellados y no hay lugar para la libertad. Donde las hadas han conseguido huir hacia el bosque. Donde ya no crecen setas mágicas, ni deseos que pedir. Donde el pozo esta vacio de recuerdos, y el musgo ya no trepa por las paredes. Hablo de ti. Asciende creyendo poder alcanzar el cielo y se encuentra con la realidad, pesadilla que ahora empieza. Busca a tu hada, luego busca al dragón y se encuentra con la desesperación. Asfixia por falta de azul y mojado. Muerte que le conduce a un lago de supervivencia, a un pasado que quiere revivir, a ese cuento que descubrió en el barco hundido. Ya no es lo que era, despliega tus alas y vuela. Huele la droga que le engancha a la rutina y se cansa, sobredosis enfermiza. Que no es fácil escapar de lo que te llama, de lo que te da el poder de resistir, tu naturaleza innata. Por fin llega al dragón con alas y cuerno junto a las hadas, caballo y cebra. Nos vamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario