01 enero 2012

Antirutina.

Darme cuenta del asco que supone un algo más, un sumando que no varía. Considerando los proyectos que hay en mi cerebro de bucle esperando escapada alguna, rocío de una mañana diferente. Estar contigo, hacer algo que nadie más hará, ignorar a la luna y cualquier otra droga insana. Ver aparecer el sol, no porque sea hoy, sino por ese plan matemático de veinticuatro horas. Analogía, calendarios, mediciones que nos dictan el envejecimiento, rutinario. Reloj que se derrite al aparecer el sol. Fuego ardiente, se tú la nevada que espera este invierno. Sin sospechas, ni predicciones, ni manías. Simple juego prehistórico. Vuela aurora por encima de los polos, corre el frio entre animales salvajes. Cerrar los ojos con las bocas unidas y sentir como fallecemos en un tornado de niebla oscura en la que no podemos encontar salida. Hoy no dejo que me guíe el mundo, ni los estúpidos que no tienen conciencia, que nadie esta libre de la absurdez. Tampoco un tropiezo en el que me tuerza el cerebro o una rotura orgánica. Me dejo llevar por mi misma, un acto egoísta, y aún me cuesta reaccionar. Invernación.

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